Acusan al ayuntamiento de Badajoz de destruir el arbolado urbano
Uno de los últimos trabajos de los operarios de mantenimiento de parques y jardines de la Concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Badajoz ha sido la destrucción de dos impresionantes ejemplares de pino piñonero emplazados en una urbanización pacense, al parecer a petición de un vecino de ésta y ordenado por algún responsable político o técnico.
Uno de los pinos momentos antes de ser totalmente talado |
Uno de los árboles destruido, con varias décadas de vida era un ejemplar de más de 15 metros de altura con una magnífica copa de más de 30 m de diámetro, que lejos de molestar a nadie (excepto al mencionado vecino) proporcionaba sombra y frescor en el clima tan riguroso de Badajoz en las estaciones más cálidas. Los beneficios del arbolado urbano son numerosos; deberían saberlo los responsables municipales encargados de estas materias. Podrían mencionarse los más obvios, como son la absorción de gases perjudiciales para las personas y otros seres vivos que existen en las ciudades; éstos son los responsables del efecto invernadero CO2, CO, NO2. También sirven de filtro para materias en suspensión como por ejemplo el polvo y otros contaminantes.
Los árboles urbanos son también valiosos porque permiten el enriquecimiento de la biodiversidad, especialmente, si como éste se trata de una especie que muchos autores definen como autóctona en nuestro país. Además teniendo en cuenta de que se trataba de un árbol casi monumental, con múltiples grietas, ramas e intersticios para albergar otras especies de seres vivos sobre su enorme porte se puede entender mejor esta función beneficiosa para la biodiversidad urbana.
Este tipo de arbolado afirman desde Ecologistas Extremadura que debe considerarse como parte del patrimonio urbano, de todos los habitantes de la ciudad, que se benefician de él. Un ejemplar así cuesta decenios que consiga ese gran tamaño. Creen que es un sinsentido destruirlo, recuerdan que lo mismo ya sucedió con los olmos de la avenida Carolina Coronado, para ser sustituidos por cientos de rosales. Contra aquel desastre se manifestaron centenares de vecinos de Badajoz. El mantenimiento de parques y jardines en Badajoz les parece nefasto, con toda seguridad no motivado por los operarios, que asumen órdenes de sus superiores jerárquicos; afirman que se ve una vez tras otra las podas desmedidas a que se someten la mayoría de grandes árboles distribuidos a lo largo de la ciudad. Los últimos, los plátanos de sombra de la rotonda de la carretera de Olivenza, o las tremendas podas habituales a los cinamomos de la avenida Villanueva.
Uno de los pinos antes de ser totalmente talados |
La concejalía de medioambiente de Badajoz se extiende (casi exclusivamente) en la web oficial del ayuntamiento sobre la lucha contra la contaminación acústica en la ciudad; pues bien, éste es otro de los grandes beneficios de que se habla en la bibliografía especializada con respecto al arbolado, su existencia permite disminuir notablemente las molestias acústicas urbanas. O en esta concejalía existe poco personal especializado, o no existe coordinación alguna entre unas y otras áreas de la misma. Se llenan la boca sobre esta contaminación pero actúan en sentido contrario, afirman.
Lamentan que Badajoz continúe con esta política arboricida, dañando no ya a estos seres vivos sino directamente a la ciudadanía, ya que puede decirse, como se puede leer en muchas publicaciones especializadas, que su existencia en buen estado produce beneficios psicológicos y físicos a los habitantes de las ciudades, incrementan el valor de la propiedad, conservan agua y protegen de la erosión y acercan la naturaleza a la ciudad, lo cual incluso permite sanar más rápido a personas que han sufrido operaciones quirúrgicas, como se afirma en artículos científicos en revistas tan prestigiosas como Science.
Ante la indignación que han manifestado varios ciudadanos de Badajoz, desde esta Asociación piden que estas decisiones para talar árboles de gran desarrollo no dependan de la opinión de un único vecino, que en este caso no comparten otros muchos residentes de la zona.
Tocón de uno de los pinos talados |